Hexagrama
N° 50, Ting "El Caldero"
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Un enfoque psicológico transpersonal
Por la licenciada Yolanda Ohanna |
Ting, sugiere la imagen
de un caldero apoyado sobre tres patas. La madera (trigrama inferior)
alimenta el fuego (trigrama superior).
Todo indica la idea de cocción,
pero en este caso el alimento es abstracto, espiritual; en tanto que el
hexagrama N° 27 "Las Comisuras de la Boca", nos habla de
nutrientes materiales y concretos.
Dentro del "Caldero" se produce
la alquimia, algo se transforma. Desde otra mirada, su silueta da la imagen
de un útero y suele anunciar concretamente un embarazo.
En este humilde cacharro se produce la
transmutación de los aspectos más profundos del ser humano.
Ting, vasija ritual destinada a ofrendas al "Ser Supremo", le
confiere al signo un matiz de sabiduría y alta cultura.
Carl Jung, en el prólogo
del " Libro de los Cambios" de Richard Wilhelm, interroga
al I Ching como a un ente vivo, pidiéndole que se presente a sí
mismo frente a Occidente; y este lo hace precisamente a través
de "El Caldero". Resulta interesante adentrarse en más
detalles del texto, para lo cual recomiendo remitirse a dicho prólogo.
Además sugiero reflexionar acerca
de los pasos evolutivos que muestran las diferentes líneas de este
signo y la similitud existente al respecto con el hexagrama N° 48,
"El Pozo de Agua"
Las líneas expresan:
- Un caldero con las patas tumbadas, propicio para eliminar
lo estancado. Es importante liberarse de los problemas que traban. Es
el punto inicial del proceso de evolución.
- Un caldero con alimento provoca envidia; aunque traten de
despojarlo, no será posible arrebatarle sus atributos. Nos insta
a defendernos de lo exterior y aún de nuestros propios aspectos
negativos.
- El caldero está en reparación y su contenido
no puede ser utilizado. Si revisamos nuestras dificultades en el modo
de vivir, finalmente encontraremos una salida positiva. La energía
debe ser concentrada en uno mismo.
- Al caldero se le rompen las patas, esto es un fracaso y responsabilidad
personal, pues el carácter, los recursos o los colaboradores son
insuficientes, Cabe revisarse a sí mismo. En el proceso evolutivo
surgen dificultades y errores.
- Las asas del caldero son doradas. Se ha logrado un escalón
evolutivo sustentable (el oro de las asas). En lo personal, por ejemplo,
se trata de alguien humilde al que los demás pueden acudir por
su gran valía.
- Al tope el caldero tiene argollas de jade, material de gran
durabilidad y estética. Manifiesta fortaleza interior y formas
agradables. Sugiere un tiempo de grandes logros y reconocimiento.
Referente al hexagrama Nuclear N° 43, "Irrupción"

En el corazón del caldero,
en lo inconsciente, se perfila un salto cualitativo: todo se prepara para
un cambio sustancial y profundo.
Es el momento de liberar las fuertes tensiones
acumuladas durante mucho tiempo: intransigencias personales, relaciones
poco adecuadas que nos perjudican, o acumulación de bienes materiales
que no usamos o no necesitamos y requieren ser distribuidos de algún
otro modo.
Urge tomar una decisión, resolver,
pero no de cualquier manera. "El Libro de los Cambios" nos advierte
acerca del modo de combatir el mal; no enfrentándolo con la fuerza
y la misma energía negativa que lo caracteriza, por el contrario,
transformarlo mediante la reflexión y la sabiduría. "No
se alcanza la iluminación imaginando figuras de luz, sino tomando
consciencia de la oscuridad"(Carl Jung).
En cada decisión se juega la libertad
de elegir, mediante esa cuota de Libre Albedrío
que va direccionando nuestro destino. No se trata de eliminar lo malo,
(interno o externo) sino de transformarlo, de meterlo en el caldero
para su transmutación.
Acerca del hexagrama Simétrico N° 49, La Revolución

En el opuesto, La Revolución, allí
los cambios son visibles y manifiestos. Ejemplo de ello: una mudanza hacia
otro país, una empresa que quiebra, un divorcio, etc.
Se produce un derrumbe, un quiebre, no
obstante puede acontecer un cambio de consciencia o no. A diferencia del
hexagrama N° 50, en el que la alquimia es interior.
En lo social, el fuego simboliza
la estructura moral y cultural, y en los hombres, la conciencia espiritual.
Ting es un recipiente ritual, emblema
de buen augurio y prosperidad. Es "La Caldera del Diablo", "La
vasija de los Magos", en la que los sabios y alquimistas transmutaban
los diferentes elementos para alcanzar la materia primordial.
Cuando el espíritu de religiosidad
y los rituales asoman en el ser humano marcan inicios de alta cultura;
y se logra el pasaje de un tiempo profano a un tiempo sagrado;
de lo denso e instintivo a lo más sutil, es, "el despertar
de la consciencia".
Yolanda Ohanna
Psicóloga Gestáltica
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