
Por distintas razones,
durante este último tiempo, tuve la ocasión de abordar el hexagrama 43.
Apareció este hexagrama en
decisiones personales como así también con varios consultantes.
Esto me llevó a detenerme
en el mismo ya que estaba motivada por su insistente presencia y persistencia.
Los rasgos que atrajeron
mi atención estaban relacionados, en su gran mayoría, con la afirmación de una
verdad interior que llevaba a la confrontación o ruptura de conductas muy
arraigadas o repetitivas con respecto a relaciones familiares o grupales.
Había un gran impulso para
efectuar cambios.
En algunos casos había
brusquedad y necesidad de que todo se diera “ya mismo”…”como la irrupción de un
río henchido que rompe sus diques”…y en otros, que no eran tan impetuosos,
había espacios para la cautela y la reflexión adecuadas.
Las preguntas con respecto
a las distintas situaciones en general eran:
· ¿Cómo
no me di cuenta antes?
· ¿Qué
es lo que me impidió ver con mayor objetividad?
· ¿Por
qué muchas veces me vi inmersa en esta situación?
· ¿Cuáles
fueron las falencias o necesidades insatisfechas que me condujeron a esta
irrupción?
· ¿Escuché
los consejos que se me brindaron o estuve obsesionada por mis propios
pensamientos, deseos o caprichos que como una neblina obstaculizante me
impidieron abrir los oídos a otras palabras más sabias?
· ¿Aprendí
la lección?
· ¿Por
qué estuve rodeada por determinados grupos o amistades?
· ¿Fueron
favorables?
· ¿Qué
busqué en ellos y cuanto valioso de mi misma dejé de lado?
La precipitación de una
lluvia torrencial es relajante y refrescante, pero cuando es muy intensa es
bueno y reparador buscar un buen refugio.
Es propicio decidir o
determinar pasos a seguir después del Desbordamiento o la Resolución, pero también lo es no precipitarse
para que la reflexión y el entendimiento impidan que las formas violentas no
obstaculicen futuros propósitos al crear nuevas dificultades para la
realización de los mismos.
Hay casos en que la
decisión o elección a tomar contiene cierta urgencia. En esos casos debemos
soportar por un tiempo las dificultades y lograr resistir la situación para
obrar con fuerza y afabilidad
Poder observarnos a
nosotros mismos para considerar cuanto de nuestras propias pasiones y odios
están involucrados en la situación.
De allí, cualquiera sea la
pregunta (siempre me refiero al hexagrama 43), no es bueno embellecer nuestros
defectos sino tratar de progresar en el sentido del bien. Tomarse el tiempo
necesario y no arremeter, ser precavido y cauteloso.
Muchas veces lo que nos
lleva a realizar la consulta no es algo que pertenezca solamente a un momento
determinado de nuestra historia personal. El hexagrama 43 habla de una tensión
condensada durante largo tiempo. O sea la pregunta que se hace pertenece al
tejido de nuestra vida, y esto sería bueno reconocerlo, si se puede. Que haya o
no consciencia en ello es el punto donde se dividen las aguas.
A partir de este análisis
pueden tomarse los rumbos más diversos.
Al vencer la razón las
pasiones no irrumpen, se retiran por si mismas.
La irrupción puede ser por
obra de:
· La
naturaleza
· Lo
social
· Lo
personal
Toda irrupción implica un
peligro, pero hay muchos modos de amainar el mismo.
Fuerza y serenidad durante
el desplazamiento de lo blando y la resolución de lo firme procurando que las
palabras se hagan fuertes, firmes y duraderas.
No siempre es necesaria la
utilización de la fuerza para desplazar al signo oscuro de la cúspide, pero
para ello uno debe estar inspirado por un espíritu recto, así lo expresa el I
Ching.
A nivel Naturaleza estamos
realmente viviendo manifestaciones de resolución con los tsunamis reiterados,
los movimientos telúricos a gran escala y el derretimiento del hielo de los
polos, que nos van llevando a un desbordamiento cuyas consecuencias están a la
vista. Sin entrar en tremendismos ni en profecías grises, la humanidad se
encuentra en un verdadero estado de irrupción y desbordamiento.
La vivencia del hexagrama 43 a nivel Naturaleza está a
la vista, cualquier agregado sería redundante.
Apreciamos que nuestra
época es de irrupciones en general, pues también en lo social las podemos ver
cotidianamente y a nivel planetario, tanto a través de los estallidos
provocados por el aumento de la marginalidad de una gran cantidad de seres,
conducentes a cada vez mayores corrientes migratorias y discriminaciones en
aumento diario, como con la nueva construcción de largos muros de separación
entre países enteros, con las guerras interminables en el medio oriente, con
las irrupciones en crecimiento de los fundamentalismos religiosos que amenazan
con llevarnos a un conflicto global de civilizaciones.
Tanto en lo social,
personal y lo natural comprobamos una vez más que la Vida es movimiento, un río con tremenda
fuerza, energía y empuje permanente.
Cada uno de nosotros es
parte de esa dinámica de la evolución y cada uno de nosotros responde a este
acontecer con su propio condicionamiento.
|